El Valor de Confirmar

¿Has visto alguna vez las siglas R.S.V.P? Ello connota a la expresión francesa Répondez s'il vous plaît, lo cual literalmente significa "Responda por favor". Generalmente, lo encontrarás en una invitación, ya sea con dicho acrónimo, o bien solicitándote que confirmes tu asistencia, pero ¿para qué?

Hoy en día, no sólo por buen gusto, se considera un acto de cordialidad confirmar si asistirás a un evento al cual te están invitando, así como el número de personas que te acompañarán (en caso de que algún familiar tuyo no asistirá o que requieras algún pase extra, sólo si se tiene la confianza con el anfitrión), con la única intención de que todos los asistentes reciban una buena atención.

Pero más que eso, es de acuerdo al número de invitados que se determinan casi todas las decisiones vinculadas en la organización de un evento, como la elección del lugar donde se realizará, el presupuesto contemplado o el servicio de catering necesario. Es por ello que confirmando tu asistencia le ayudas al anfitrión a generar un dato más preciso en pro de evitar gastos innecesarios o que el evento, en sí, termine siendo eso, un gasto. ¿Te ha pasado?

Esto es algo más común de lo que debería ser. Por ejemplo, recientemente a uno de mis clientes, cuando hizo la entrega de invitaciones (directamente y sin informalidades), todos sus invitados le dijeron que no se perderían su evento. Aún así les pidió de favor confirmar su asistencia en una fecha más cercana al evento... Y nadie lo hizo. Se les llamó por teléfono y sólo algunos contestaron y confirmaron. Lo demás es historia, puesto que sólo asistió un 75% de los invitados. Afortunadamente se descartaron algunos nombres a tiempo y sólo quedaron 2 mesas vacías (las del rincón).

Siempre existirán los contratiempos, incidentes y de más situaciones imprevistas que pueden pesar a la hora de atender una invitación, pero si sabes de antesala que no podrás asistir, es preferible comentarlo antes de que gasten en ti y no después teniendo que disculparte emitiendo alguna excusa. Mi cliente, así como muchos otros casos que recuerdo, difícilmente volverá a considerar a quienes "por invitarlos, no invitó a otras personas que seguramente le habrían valorado más".

Es entendible vernos imposibilitados a asistir, sin embargo existen otras formas de corresponder y no sólo responder a una invitación: aunque no vayas, si no cancelaste, estás obligado socialmente a mandar tu regalo. Funciona mejor que una disculpa.

Así que ahora lo sabes, una inasistencia no sólo representa lugares vacíos. Invitarte cuesta; no asistir, también. Confirmar no te cuesta nada e incluso te puede ahorrar el disgusto de ser descartado en un futuro... o lo que es lo mismo: "evítales la pena de no volverte a invitar y te digan #AmSouSorry".